La palabra samba suena a Brasil, la palabra zamba, no. Así de rica es la cultura musical latinoamericana, dos países con una frontera común, con un género musical similar en escritura pero diferente en estructura y rítmica, los conocedores sabrán más de esto.
De Brasil sabemos mucho, la samba es popular y Río es la capital de este género. Anualmente la ciudad se llena de música, color y alegría, recibiendo con los brazos abiertos a los cientos de miles de turistas que van en búsqueda de diversión y magia, elementos garantizados en el carnaval.
Tradicional o sofisticada, la samba recoge la mística africana. La percusión cruza el Atlántico y llega al continente americano para volverse mestiza y “transformarse”. Nuevos géneros se acoplan de alguna u otra manera y lo que viene ya es historia conocida. La samba es tradición, pero también es fusión, tiene estilos para todos los gustos, es popular y también es exclusiva. Brasil es samba y la samba es Brasil, para todo un país, para todo el mundo, punto.
Rio, una de las mejores películas animadas, y una de las más recientes además, recoge toda la magia que solo la samba puede ofrecer. El color, la alegría y el ritmo brasileros quedan plasmados en la pantalla grande en esta obra de gran calidad técnica y gráfica. Como si fuera necesario hacerlo, la samba recorre el mundo y una vez más todos los ojos miran a Brasil que en los próximos años será el centro de grandes eventos: Jornada Mundial de la Juventud, Copa Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos.
Gracias Brasil por alegrarnos la vida, por tener samba, color, magia, verde, alegría, fútbol, una ciudad capital construida en los 90’s y un Cristo Redentor que desde lo alto de un cerro mira el horizonte atlántico cuidando tus paradisíacas costas.
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